SEPTIEMBRE
Se apagó el verano, y, en su funeral, la incandescencia mortecina de Septiembre agota sus últimos rescoldos. Y la casualidad del insomnio me lleva a escuchar esta obra maestra de Richard Strauss, sus "Cuatro últimas canciones". Por supuesto que él no lo sabía. Fueron sus amigos los que, póstumamente, agruparon estas cuatro pequeñas obras para constituir un postrer ciclo. Quizá no es el lied que más me gusta de los cuatro, pero es el que toca: por algo se titula Septiembre. Es un poema musicado de Hermann Hesse, que al parecer fue amigo suyo, y, tanto el poema como la música, respiran esa atmósfera nostálgica y taciturna tan propia de la obra del escritor y que, en el músico, resultó más que premonitoria, pues, habiéndola compuesto a los 84 años - qué menos que uno esté prevenido- barrunta la proximidad del óbito, lo cual sucedió año y medio después, hace casi cien años ya. Es increíble la lucidez a esa edad para escribir esta pequeña obra maestra de orquestación densa ...