CAMINITO
Apenas sé algo de tango sino ojos en campaneo lazados, y el terso lanceo de siseados en el fango que talla recio el tamango, cuando se vierte la Plata, espeso arroyo escarlata, sobre irisada calleja de Caminito, cual teja que danza de ángel delata. Los corazones, abrazados, se desgarran, e insólito abandona el bagayito de besos contorsionados el catriel, atenazados por los celos, el amor, el despecho, el deshonor, que es el teatro del baile bandeonista, desfile pasional que al tango es loor. Ahora que está de moda esto de independizarse, arguyendo primordialmente la exclusividad idiomática, yo, en el día de Santa Cecilia, patrona de la música, voy a reivindicar la República Melodiosa, cuyo lenguaje será la filarmonía. No será ésta una nación excluyente, sino un régimen sonoro en el que imperen tan sólo las leyes auditivas, y también las canoras, en la que quepan el bolero, la siguiriya y la canzoneta, donde convivan las familias...