Adagio americano
Karl Ferdinand Wimar - El rastro perdido Q uizá debido a sus orígenes humildes, pues su padre era mesonero, en Antonín Leopold Dvořák (1841-1904) prendió desde pequeñito un amor desorbitado por la música popular de su país y una bonhomía compasiva hacia las clases deprimidas. Y probablemente eso pesó para que afrontara la gran aventura de mudarse con su mujer y sus dos hijos mayores a Estados Unidos en el apogeo de su carrera, aceptando la invitación de una filántropa para dirigir un conservatorio que había ayudado a fundar. Jeannette Meyers Thurber tenía el sueño, desde que estudió en el conservatorio de París, de crear una institución análoga en Nueva York, que permitiera definir y desarrollar la propia música clásica estadounidense, a semejanza de otras naciones europeas. Finalmente lo consiguió en 1885, fundando el Conservatorio Nacional de Música de América, implicando a otros benefactores para bien lograr su constitución, incluido Andrew Carnegie (potent...