Adagio sinestésico

Kandinsky - Amarillo, rojo y azul


Todos los genios tienen siempre algún grado de excentricidad. El que nos ocupa, Alexander Skriabin (1872-1915), llega mucho más lejos que eso. Fue un virtuoso pianista, que por supuesto empezó a destacar en su niñez. A pesar de sus pequeñas manos, a semejanza de Alicia Larrocha, que no llegaban a cubrir una octava sobre el teclado (es decir, que extendiéndola no podia depositar su pulgar y su meñique en dos “do” separados por una octava), compuso y tocaba piezas de extrema dificultad. Dificultad que también entraña la dilucidación del mensaje que transportan.
Y es que su cultura y su excentricidad le llevó a interesarse por la teosofía, una corriente de nuevo cuño que propugna una sabiduría eterna obtenida de la fusión armoniosa de todos los conocimientos religiosos, científicos y filosóficos. Nada que, en cualquier caso, le pudiera desengañar de la tremenda hipocondría que padecía.
Por otro lado, declaraba ser portador de habilidades sinestésicas. Es decir, de la capacidad de percibir estímulos con un sentido que no era el apropiado por naturaleza para ello. De este modo, él percibía las notas musicales como colores, y la transición cromática se realizaba a través de un círculo en que las notas avanzaban por intervalos de quintas. Al parecer, Rimski-Korsakov también poseía este don. Rachmaninov refiere que en una conversación con ellos acerca de este tema se dio cuenta que la asociación que establecían ambos entre notas y colores era muy similar, y Skriabin le mostró que él mismo también poseía esa virtud sinestésica, aunque de una manera subconsciente, para lo que le refirieron cómo,  en una ópera suya, había asignado a una escena, en que aparece un tesoro, la tonalidad re, la cual estaba asociada al amarillo oro.




De todos modos, no debe esto distraernos del hecho de que fue un importante innovador en la composición musical, distanciándose de las corrientes lideradas por Stravinski y la Nueva Escuela de Viena. Hoy te traigo el Andante de su Concierto para piano en fa sostenido menor Opus 20, que según su asociación sinestésica se correspondería con un esplendente y sugestivo zafiro, todavía de un regusto romántico mezclado con algo de inspiración modal.



Esto de la sinestesia tuvo que ser una verdadera plaga en Rusia allá por el cambio de siglo del XIX al XX, porque no se vieron afectados por este recóndito virus solamente músicos,  sino también pintores,  como Vasili Kandinsky. Él se percató de ello cuando asistió a una representación de Lohengrin en Moscú, momento en que los nunca mejor llamados colores de la paleta orquestal asaltaron a su mente,  estimulados por los violines,  violonchelos y metales. Y esta experiencia le sirvió para desarrollar sus teorías sobre colores en los ensayos "De lo espiritual en el arte" y "Punto y línea sobre el plano". Para Kandinsky, también existía una relación entre los colores y las formas geométricas,  y le servían para el diseño de sus composiciones,  como el del cuadro que encabeza esta entrada.  Así,  el triángulo lo asociaba al amarillo, el rectángulo al rojo y el azul al círculo. 


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Como suplemento,  te adorno unos coloridos cuadros de Picasso con una asociación sinestésica entre su color predominante y un preludio de Scriabin que se encuadre en dicha asociación.  Para escuchar la música sólo tienes que pulsar sobre el nombre de la obra que subyace a su correspondiente color. 

ROJO

Picasso - Retrato de Dora Maar


Oh color rojo, amoroso, de antojos,

oh suspiros cabe tremol arcano.

Oh exasperada quietud so pirómano

y disimulado gesto entre abrojos.

 

Posas como diablesa cuyos ojos

expían mi inocente aire serrano

ante el deleite de tu sonreir llano

en foto de pixelados cerrojos.

 

Eres el altar de mi idolatría,

fuente que sacia mi cáliz sacrílego,

de mi fe credencia, corporal y ara.

 

Por ti peno y me execro cada día,

pues en una simple estampa delego

providencia de una mañana clara.




AMARILLO


Picasso - Retrato de Dora Maar


Me esperas en mundo multicolor,

en universo de policromados

bucles, con astros de tonos pintados

por tu caleidoscópico fulgor.

 

Siendo tú su sol, el amarillor

de tu piel, tus crótalos jaspeados,

la ágata de tus ojos irisados,

le dan textura de arco y de candor.

 

Es la distancia, no obstante, obsidiana,

y mi vista de azabache se tizna,

así tu luz me esparce brillo leve.

 

Quién será el crepúsculo en mi mañana

si obstinación mineral ni una brizna

de ti permea y de mí no se conmueve.



AZUL

Picasso - Desnudo azul

De telúrico azul de cielo y mar

reposados, hiende mis sueños  y ovilla

de dulce lapislázuli la semilla

que me compelió, huera suerte, a ti amar.

 

De azul mi añoranza es sin acalmar

de este platónico amor sin mancilla,

que hurtar no pudo en tu labial orilla

añil sonrisa y así tu duende inflamar.

 

Azul es mi recuerdo, azul y lívido,

de una pasión antes de plasmar muerta,

sepulta en el lilio ígneo de tu boca,

 

de su lapsus anacarado y vívido

víctima, por no declararte abierta

mi alma, que turquesa te exhorta y evoca.


🛎🎼Preludio fa sostenido menor🎹


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