LA CALLE DE LA MEMORIA

 

Por fin reconocen a mi abuelo, víctima injusta y absurda (quizá, en una guerra civil, todas lo sean), en la tierra que tanto amó y a la que tanto dió, incluída su vida. La pena es que su hijo, o sea, mi padre, no viva para disfrutarlo, porque el fue otra víctima indirecta de esa ignonimia. Yo, afortunadamente, ya soy hijo de otros tiempos, en los que han desaparecido practicamente las disputas ideológicas. Por eso me enerva tanto ver a nuestros desvergonzados políticos actuales creando confrontaciones ilusorias, y arrastrándonos nuevamente al lodazal de la intolerancia y el dogmatismo pueril, sin aprender del legado de sufrimiento de nuestros antepasados recientes. Hay que olvidar el dolor y perdonar, pero no así la historia.Quizá algún día vuelvan a la popítica personas como mi abuelo, a quienes los partidos iban a buscar por su prestigio, no como ahora, que son ellos los que buscan a los partidos para ganar prestigio...y otras cosas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Letrilla 2024

Don Urtasun Calabazas

Kim Jong-um íbero

Las Puertas del Delirio: El Olvido y la Canción

Adagio: Adagietto de Mahler

Las puertas del delirio: El Miedo

Vánitas: los sonetos de la muerte

SILENCIO

La Catrina

Adagio fantastico (de Vaughan Williams)