Misa en si menor, Patrimonio de la Unesco
Siempre
es una alegría el reconocimiento, valoración y protección de cualquier música,
y si bien creo que todo Bach debería ser considerado patrimonio de la
Humanidad, quizá la obra más esplendorosa , divulgada, interpretada y conocida
sea su Pasión según San Mateo. Pero ha podido pesar para elegir esta Misa el
hecho de que probablemente fuera la única obra de Bach compuesta con el
objetivo claro y personal de que perdurara en el tiempo como su legado a la
posteridad. No hay que olvidar que prácticamente toda su música se originaba
según las exigencias de su patronazgo, que no mecenazgo, en la que el músico
prácticamente no tenía sino la consideración de un artesano más. A veces se
componía para una sóla ocasión, o, en caso de la ópera, para varias
representaciones, pasando luego las obras al olvido. Ello propiciaba a veces
por parte del compositor la elaboración de pasticci, esto es, reutilización o
parodia de anteriores piezas en otras nuevas. Era un reciclaje de antiguos
éxitos. La misa en si menor no deja de ser, en sus 2/3 partes, un pasticcio,
utilizando temas suyos y de otros compositores, como su admirado Vivaldi, en
esta formidable obra. La composición de la misma se espació durante los últimos
25 años de su vida, no siendo sólo un compendio de obras sino también de
estilos. A pesar de todo, no sólo no fue interpretada en su vida sino que tuvo
que esperar un siglo para poder hacerlo. Bendita eclosión contemporánea de
ensembles y orquestas dedicadas a la interpretación historicista y recuperación
de obras y compositores olvidados y perdidos, que nos deleitan con bellezas que
generaciones previas de diletantes no pudieron disfrutar. Bienvenido el
reconocimiento, pues.
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