Esta rosa roja
Incluso al salir del trabajo, en el hospital, la vida te asombra, con un estallido de belleza surgida en los corredores hacia el sufrimiento, cuya exultante rojez te enciende el corazón y el pensamiento, y los llena de lirismo.
Esta rosa roja, ¿acaso eres tú?,
fulgor granate, sedoso acicate
presto a Amor, para filtrarse, al combate
emplaza, en los labios de tu canesú;
lambicado aroma brota el frufrú
de tu corola, del campo magnate
que realza su rúbeo quilate
la noche con su negro paspartú.
Gata eres de plegados abanicos,
grata al tacto y al noctámbulo hedonismo,
greda tinta esparces de astro que te ata.
Sangro por tus pétalos, hecho añicos
mi dedo ante espinoso silogismo
que, corte o deje el tallo, siempre mata.
De "Entre dos cielos" (sonetos de amor y desengaño)
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