Navidad barroca: Una hueste de ángeles descendió del cielo
Jan Victors, Adoración de los pastores |
Johann Schelle nació en Geising, en los Montes Metálicos, que hacen de
frontera entre Alemania y la República Checa, muy cerca de Dresde y también de
Leipzig -por tanto, en el centro neurálgico del barroco alemán- en 1648, por lo
que pertenece a una generación previa a Bach.
Hijo de un cantor y maestro de escuela, hizo sus primeros pinitos,
cómo no, bajo el auspicio de su padre, y a la edad de 7 años fue enviado a la capilla
electoral de Dresde como sopranista, y con la recomendación del gran compositor
Heinrich Schütz bajo el brazo. Más tarde, a los nueve años, lo recomendó a su
vez a la capilla ducal de Wolfenbüttel, donde permaneció siete años, hasta romper
su voz.
Entonces, nuevamente bajo la dirección de Schütz, fue admitido en la
escuela de Santo Tomás de Leipzig, y con 19 años cursó estudios en la
universidad de la ciudad. Con 22 años comenzó su carrera profesional como
cantor en Eilenburg, en esta ocasión recomendado por su profesor y cantor de Leipzig,
Sebastian Knüpfer. A la muerte de éste, regresó a Leipzig como su sucesor, y
fue, a la postre, antecesor de Johann Kuhnau, que, a su vez, fue el
predecesor de Bach. Fue también profesor de Graupner, Heinichen, Keiser y
Zachow, entre otros importantes compositores de la época.
Al igual que Bach, su nombramiento como cantor fue frente a la
oposición del alcalde de la ciudad, cuyo hostigamiento arreció cuando Schelle
decidió cambiar la cantata evangélica en latín por otra coral en alemán. Es
decir, el texto pasó de estar conformado por extractos del evangelio a otros
compuestos, aunque basados en la Biblia, por Lutero en alemán. Fue, pues, el
paso primigenio hacia la cantata luterana desarrollada por Erdmann Neumeister
años más tarde. Afortunadamente para él, estos nuevos villancicos fueron
calurosamente recibidos y aprobados por los teólogos de Leipzig, por lo que se
acabó la discusión. Allí murió, finalmente, tras 24 años de servicio, en 1701 a
la edad de 52 años.
De las casi 200 obras conocidas suyas, han llegado hasta nuestros días
unas 48, todas de carácter religioso, y para esta ocasión te traigo,
precisamente, una cantata luterana titulada Vom Himmel kam der Engel Schar, que
comienza con el anuncio a los pastores por parte de un ejército de ángeles del
nacimiento del niño Jesús. Evidentemente, aunque se basa en corales luteranas, éstas están musicalmente tan transformadas que no se prestan al canto
acompañante de los feligreses, y este halo de modernidad viene arcaizado por el
hecho de que aún no se introduce el uso de arias da capo, que luego serán el alma de la cantata alemana, que a su
vez retornará al efecto arcaizante de usar corales luteranas desnudas en
algunos de sus números.
La composición de hoy es a 19 voces, que la constituyen un coro de 5
partes, con doble soprano, alto, tenor y bajo en las voces, y en
instrumentación una doble ensemble de cuerdas y otra de 5 voces de viento.
Se divide en 6 stanzas correspondientes a las 6
estrofas de la composición de Lutero, y en cada una de ellas el discurso musical
es diferente, aunque manteniendo en común el canto estrófico, es decir, en ir
declamando musicalmente cada verso, a veces con repeticiones del mismo, pero sin
retornar a otros anteriores. La estructura, como corresponde al barroco, es
simétrica, para dar sensación de equilibrio a la composición, y en ella se
alternan partes solistas y corales, todas unidas por pequeños fragmentos
instrumentales llamados ritornelos.
A pesar de su antigüedad, al abandonar el encorsetamiento y seriedad
luterana, se convierte la obra en una pieza de exultante alegría, como
corresponde a la celebración, ayudado por el sonido gozoso de los metales.
Disfrútalo.
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