UN MONSTRUO VIENE A VERME
Quizá porque siempre estuve enfrente, o en contra, de los
poderosos. Porque nunca quiero que ganen las medallas en los juegos los de EEUU.
O en fútbol el Barça o el Madrid, a no ser que sea en competiciones
internacionales. Quizá por eso me mostré predispuesto o prejuicioso. Pero a mí
me ha dejado un poquito indiferente.
Mi animadversión puede que venga porque ya desde el
principio noté una importante máquina de marketing detrás del estreno, como
casi ninguna película española suele tener. Me pareció excesivo. Tanto como en
su anterior película, Lo imposible. Ya en aquella no quedé conmovido por la
historia. Quizá porque esperaba mucho más. Y es que a grandes lanzamientos,
grandes expectativas. Eso sí, muy buen despliegue de efectos especiales, lo que
es insólito en las películas españolas, y, por tanto, algo de originalidad.
Pero para mi gusto, lo que gana en espectáculo, lo pierde en guión. No es una
película a la altura de El orfanato. Pero sí
que cuenta con muchos más medios.
Ahora vuelve con una potente campaña publicitaria,
recordándonos sus dos últimos, y únicos, títulos cinematográficos. Pero cuando
la visionas, sólo contemplas una historia amable, muy buena en despliegue
técnico y efectos especiales, muy meritoria parcela de animación, unos
soberbios créditos iniciales. Y una espectacular audiencia y recaudación. Pero
no llega al valor de otras películas en cuanto a lo que nos quieren vender. Si
es por sensible y lacrimógena, le da mil vueltas una, por ejemplo,
"Camino". Si es por la mezcla de fantasía, intriga, suspense y buen
guion, tenemos "El laberinto del fauno", que también goza de buenos
efectos especiales.
Así pues, una película entretenida, que seguro que a más de
uno emocionará, por encima del nivel medio de las que nos estrenan últimamente,
tanto hispanas como internacionales, pero no como para el boom mediático que
está teniendo (ya sé que alguno dirá que cuándo ha tenido que ver la calidad
con la cantidad)
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