EL SOMNI DE TABARNIA: DE L'PELÓS A CATÒLIC



A finales del siglo IX aparece la figura de quien los independentistas creen ser el iniciador de Cataluña. Se trata de Wilfredo el Velloso, a quien Carlos el Calvo, emperador carolíngeo, nombra en 870 conde de Urgel y Cerdaña, y en el 878 conde de Barcelona y Gerona. Por supuesto, él no tenía en mente la creación de ninguna nación ni nada parecido. Lo que poseía, como muchos personajes a lo largo de la historia, era una gran ambición de poder. Lo inédito del caso fue que, aprovechando la debilidad del imperio, y la lejanía de la marca hispánica (nombre recibido por el territorio ocupado por todos los condados orientales dominados por el imperio carolíngeo)  respecto al centro del poder, se erigió como el primer conde que comenzó a transmitir hereditariamente el cargo, aparte de amasar el dominio de varios de los condados que se encontraban en lo que hoy es Cataluña. Pero va a ser una constante en el siguiente siglo y medio el que estos condados se dividan en herencias y vuelvan a agruparse por nuevas alianzas dinásticas, al tiempo que otros condados siguen independientes, aunque con alianzas matrimoniales con los vecinos, tanto en lo que hoy es Cataluña como también en Occitania y Provenza.

Historia de España, Salvat

Hay que esperar hasta 1137 para encontrarnos a otra figura importante en la historia catalana: Ramón Berenguer IV. Este conde de Barcelona, que ya detentaba además los títulos de Osona y Gerona, consiguió apropiarse del de Besalú, por alianza matrimonial (gracias a su hermanastra Jimena, nieta del Cid), el de Cerdaña, por herencia, y el de Ampurias, por la fuerza. Además extendió sus dominios ultrapirenaicos de igual modo. Pero su paso trascendental fue casarse con Petronila, heredera del rey Ramiro II de Aragón tras una tumultuosa herencia, y que supone el entronque de la casa condal con la real aragonesa, para crear una nueva dinastía que conformará la Corona de Aragón. En el momento de los esponsales, 1134, Cataluña no existía, siquiera el vocablo. Este se ha encontrado por escrito por primera vez en un poema pisano de cuando una expedición armada contra Mallorca llevada a cabo por ellos junto a los barceloneses, en tiempos de Ramón Berenguer III. Pero es que además el conjunto de condados que se unieron en esta alianza matrimonial no se correspondía con la extensión actual de Cataluña. Faltaban los condados de Urgel, de Pallars, de Rosellón, de Arán; ni aun se habían conquistado los que posteriormente llegaron a ser marquesados de Lérida y de Tortosa. Por tanto, lo que se unió a Aragón fue una Cataluña que no se llamaba tal y que no era tampoco tal como es hoy. Y además, de forma voluntaria, incluso movida por la ambición de mejorar su estatus, pues Ramón Berenguel IV pasaba de ser conde a  ser rey. Y no era una cuestión baladí, pues era conde por no poder emancipar legalmente sus condados del reino de Francia, al cual prestaba vasallaje. Tuvo que esperarse al tratado de Corbeil en 1258, por el cual el rey de Francia renunciaba a sus derechos cispireinaicos a cambio de la renuncia del rey de Aragón de los ultrapireinacos de la Occitania y la Provenza. Poco antes de este tratado, Jaime I ya había conquistado el reino de Valencia, que pasó a la corona con este título, y el de Mallorca, el cual volvió a desgajarse del núcleo principal a su muerte.
Las cortes generales convocadas durante el reinado de Alfonso III en 1289, suponen la aparición de la Generalitat, pero no como institución emanadora de poder, sino como simple entidad recaudadora de los impuestos promulgados en las cortes. Y ambas instituciones facilitaron la aparición del Principado de Cataluña, como ámbito territorial donde promueven sus acciones la Generalidad y las Cortes. Por tanto, su creación no fue política, sino administrativa, y, de hecho, a pesar de ser un Principado, nunca nadie ostentó ese título de Príncipe. Sí existió, sin embargo, el de Príncipe de Gerona, ostentado por el heredero del trono.
Y a pesar de todo esto, Cataluña todavía no estaba completada. Ampurias fue recuperada en 1341 por extinción de su línea condal. En 1343, Pedro el Ceremonioso consiguió restituir el reino de Mallorca, y los condados de Rosellón y Cerdaña, a la corona de Aragón, pero independientes del principado de Cataluña.



La Spagna - Anónimo

Y como todo reino que se precie, también la Corona de Aragón asiste a una extinción de una dinastía, en los albores del siglo XIV, cuando Martín “El Humano” muere sin descendencia, y tras la disputa oportuna, accede a dicho trono un Trastamara, Fernando de Antequera, cuyo descendiente, Fernando “El Católico”, entroncará definitivamente con la otra rama de la dinastía, la castellana, para dar lugar a la fecha supuesta del inicio de la España moderna, 1492. Y digo supuesta por doble motivo. Primero, porque muchos piensan que con la defección del último reino árabe de la península se recupera el dominio de todo lo que es la España contemporánea. Pero para ello hemos de esperar a 1513 en que las Cortes de Navarra nombran como rey a Fernando “El Católico”. Y segundo, porque si por algo la España contemporánea es un sucedáneo, es porque no incluye a Portugal, lo cual sí se consiguió en 1580, pero que tan solo duró 60 años.
Es en esa fase final de la corona de Aragón como reino independiente, que se termina de completar lo que actualmente es Cataluña, con las incorporaciones de Arán (1411), Urgel (1413) y Pallars-Sobirá (1491). También es entonces, desde el inicio del reinado de Fernando de Antequera, que se introduce el castellano en los territorios de la Corona de Aragón, probablemente como idioma de prestigio por ser usado en la corte, y no impuesto por ningún reino vecino. (continúa en EL SOMNI DE TABARNIA: HEREVA DE L'ATLÂNTIDA)




Los números musicales son extraídos del Cancionero de Montecassino, recopilatorio musical realizado en la corte de Alfonso V el Magnánimo. Fue este un monarca cosmopolita, hijo de Fernando de Antequera, y que afianzó el control de Sicilia, y extendió los dominios de la corona de Aragón a Cerdeña, Córcega y Nápoles, adonde desplazó su corte. Fue, pues, quizá, el más erudito de los monarcas aragoneses y el que más extendió la gloria de esta corona. Hijo de castellano, nacido en Medina del Campo, que no dominaba el idioma catalán, y que fue, no obstante, el más benévolo de los reyes con los payeses, a causa de lo cual tomó parte por ellos en las guerras de las remensas.
La interpretación es a cargo, nuevamente, de Jordi Savall y la Capella Reial de Catalunya


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