Un iniciático viaje musical



Esta página la abro para invitarte a un paseo musical fantástico. Será como unas mil y una noches melódicas, viajando en el espacio y en el tiempo a través de las melodías, complicadas y sencillas, dulces y terribles, galantes y ardorosas, que te abrirán ese mundo que crees no entender, de la música clásica.
Es una página en continuo desarrollo, y lo primero que verás será la última estación del viaje. Así que ahonda en el escrito para comenzar desde el principio

22 de mayo
Para finalizar con este repaso de música nacionalista, damos paso a Zoltán Kodály y su obra más representativa, Hary Janós. Es ésta una especie de ópera cómica, con recitativos hablados, a semejanza del singspiel alemán, que es, por ejemplo, el género usado por Mozart en su La flauta mágica o Weber en El cazador furtivo, obras consideradas como el origen de la ópera alemana. Es cantada en húngaro, que es otra característica del nacionalismo, el uso de la lengua propia en detrimento del italiano, considerada la lengua lírica por excelencia. Y su temática también es popular y relacionada con la misma nación a la que se quiere reivindicar.

Te traigo una suite orquestal extraída de la misma. En concreto, una pieza melódica en la que, además, se hace uso de un instrumento regional, el címbalo húngaro, instrumento probablemente derivado del medieval salterio, que es a su vez el antecesor del clavicordio, de posible origen gitano, y que es instrumento de cuerda percutida.

Te he puesto esta versión porque es la más compensada entre el sonido buscado y la distinción del címbalo, porque en muchas otras se da una preeminencia artificial del mismo. Como no lo puedo parar, seguirá la suite hasta el final.

21 de mayo
Nos quedamos un momento por estas tierras checas, para hacer escala en su principal figura musical. Dvorak, al igual que los anteriores compositores, indagó sobre las raíces musicales de su tierra, lo cual le sirvió de inspiración para componer, entre otras obras, sus danzas eslavas. Pero no eran sus únicas influencias. Praga era una ciudad muy conectada con Mozart, y aún hoy en día es habitual verse desbordado por las ofertas de conciertos turísticos en los que participa de forma primordial en sus programas. Esta influencia le sirvió para componer esta bella composición, la Serenata para orquesta de cuerdas Op. 22, en un año, 1875, de tremenda inspiración y fecundidad, que le permitió acabarla en tan sólo diez días. Dos años después de su estreno se fue de gira con su amigo y casi discípulo Janacek, quien la dirigió en concierto. Es fácil entender la influencia que ejerció sobre éste para modular el estilo de su suite expuesta ayer, que la escribió en 1878.

Es difícil sustraer de la obra una pieza especialmente llamativa, ya que es una obra muy homogénea, de un delicado romanticismo y un exquisito lirismo, por lo que, al no ser muy larga, creo que no es mala idea escucharla completa en esta guía de iniciación. Más adelante volveremos a este autor indispensable.



20 de mayo
Leoš Janáček es otro compositor de esta mixtura que es centroeuropa, pues nació como eslavo austrohúngaro, estudió etnológicamente la música de su natal Moravia, y murió siendo checoslovaco.

Es otro compositor nacionalista desde la vertiente del enraizamiento musical, pero esto fue sobre todo a partir de la década de los 80 del siglo XIX, a semejanza de Bartok en Hungría. Pero ya antes se dejó influenciar por la música culta de su tierra a través de la personalidad más influyente en la música checa, Antonin Dvorak, del cual se hizo amigo en la década de los 70, y del cual se inspira para componer esta música que rezuma clasicismo y deuda canora con su amigo. Es el adagio de la Suite para orquesta Idyll. Ya vendrá más adelante un lenguaje, propio, original, que estallará en los albores del siglo XX, en los que como en un canto de cisne dará lo más sustancioso de su creación, debido a un postrer romance.


19 de mayo
Ahora sí vamos a tratar de un compositor que sustentó el nacionalismo musical en el estudio y conocimiento profundo del folclore de su país. Se trata de Bela Bartok, compositor nacido húngaro, aunque en 1881 habría que hablar con más propiedad de Imperio Austro-Húngaro, y, actualmente, en realidad, su población natal pertenece a Rumanía, por los avatares caprichosos de las guerras y los repartos arbitrarios de los territorios para conformar muchas veces naciones artificiales. De todos modos, en su caso, no fue muy artificioso, porque ese estudio, que le llevó literalmente a los rincones más perdidos de la geografía de su tierra, comprendió, fundamentalmente, la música folclórica húngara y rumana.
Es verdad que Bártok fue mucho más que un rescatador de aromas populares y un músico nacionalista, al favorecer el nacimiento de una tradición musical desde sus propias raíces. Bártok, influenciado por las corrientes disonantes, atonales y experimentales, también aplicó novedades y vanguardias en lo que constituyó el grueso de su obra musical, como fueron el sistema axial y la proporción áurea, lo cual dio a su obra un matiz ácido y desabrido.

Pero hoy propongo algo más sencillo, un compendio de Seis Danzas folclóricas rumanas, escritas primeramente para piano en 1915 y transcritas para orquesta dos años más tarde, fruto de sus indagaciones musicales sobre el terreno.


18 de mayo
Salimos de Rusia. Y como fluye la música, así, usaremos el deslizamiento fluvial para adentrarnos en la música centroeuropea. Nuevamente un poema sinfónico, de título Moldava, el cual es el más extenso río checo, si obviamos al Elba, del cual es afluente. Pero su recorrido es mayormente germano, por lo que podríamos catalogar al Moldava del más grande de los exclusivos de Chequia. Pertenece este poema a una obra superior, conformada por otros poemas sinfónicos que en conjunto constituyen la obra Mi Patria, de Bedrïch Smetana. Es por ello considerado como el padre de la música checa, dentro de un movimiento que fue compartido por otras naciones, aunque no coetáneamente, para afirmar su propio estilo musical, frente a un lenguaje que parecía definirse como universal, pero que solo lo era en cuanto a que se identificaba con las peculiaridades de los centros musicales más carismáticos y de mayor personalidad, como eran el italiano, el francés y el alemán. Por ello, en estos territorios no se produjo dicho fenómeno. En muchos casos, esa distinción se hacía sumergiendo la música culta en las raíces de la popular en cada una de sus naciones, como pasó en España, Hungría, Polonia, Rusia, etc… Pero otros la afirmaban con la temática de sus obras, que sería el ejemplo de Smetana con sus piezas de Ma Vlast. Obra de un lirismo y grandiosidad inconmesurables, para reafirmar la personalidad de su Bohemia natal frente a la amalgama del Imperio Austro-Húngaro.


17 de mayo
Vamos a finalizar momentáneamente nuestro paseo por Rusia de la mano de otro de sus mayestáticos compositores. Se trata de Stravinsky, un compositor que en su música es capaz de transportar el lirismo más delicado junto a las disonancias más abstrusas, desarrollar temas folclóricos y explorar el incipiente jazz.
Te ofrezco una jornada en Rusia, en un mercado y una feria, con sus matrioskas abrigadas y el desapacible helor invernal de su clima, el samovar dispuesto para reconfortar a los ateridos visitantes, y toda la atmósfera campesina, empobrecida, de los estertores del zarismo. Esta obra la conocí en los Festivales de música de Granada, y ya desde la primera audición me cautivó. Busqué un lp y no lo encontré sino en un álbum triple, lo que me permitió conocer otras tres obras geniales del compositor, y que son piedras angulares de la historia de la música, de principios del siglo XX: El pájaro de fuego y La consagración de la Primavera. Los tres son ballets, y los tres fueron compuestos para la mítica compañía de los Ballets Rusos de Diáguilev. Era la principal compañía que montaba este tipo de espectáculos en París y que sirvió de estímulo para muchos compositores para crear música para sus montajes. Para mí, bajo la perspectiva de mi modesto conocimiento musical, Stravinsky me parece de los mejores músicos en cuanto a orquestación, quizá junto a Mahler y Falla. Los tres son compositores poco prolíficos pero muy minuciosos en sus obras, y arrancan infinidad de matices de sus orquestas.
Prepárate , pues, a deleitarte con esta maravilla rural y popular que nos introduce en un cuento de marionetas, con su amor no correspondido, sus celos y venganzas.

Te ofrezco esta Petrushka en la batuta del director de la versión que compré. Con el tiempo sacó otra más moderna que tengo, pero no descansé hasta que, hace poco, conseguí en cd la versión antigua que tanto me apasionó. El director es Pierre Boulez.





16 de mayo
Pues para que veas hasta dónde llega lo del poema sinfónico, que es capaz hasta de estructurarse a partir de un cuadro, el cual, a su vez, no se consolida a partir de una historia previa, sino que él mismo es el que construye una rara narración, del romanticismo más severo, lúgubre, enfermizo, de Poe o Schiller, recurriendo tan sólo al simbolismo mítico griego. Parece que es el último viaje realizado por un alma fenecida, custodiando su propio féretro, y transportado por Caronte, hacia una sepulcral isla que servirá de cenotafio para su eterno reposo. Un reposo alejado de castigo o recompensa, luctuoso , triste, desesperanzador. El cuadro pertenece a una serie obsesiva de su autor, Arnold Böcklin, en el que representa siempre la misma estampa, con ligeras variaciones. Y la música logra transmitir ese patetismo. Lo cual no deja de tener mérito, pues está escrita casi un siglo después de la época de la que parece inspirarse.




Rachmaninoff ha sido un compositor denostado, sobre todo en su época, tachado de anacrónico, debido a su lirismo dulce y embriagador. Pero yo soy de los que piensa que, perdida la perspectiva, su música es simplemente encantadora. Incluso uno de sus conciertos para piano, está considerado el más difícil de tocar de todos. Ya habrá tiempo para ahondar en esa música maravillosa. Baste ahora este dramatismo sobrecogedor de La isla de los muertos



15 de mayo
Hoy va de un compositor de una extraña y sutil belleza, a veces áspera y entrecortada, pero que oculta y despliega a ratos una hermosura conmovedora y aletargada, como si un invierno obstinado y cruel no dejara, sino a retazos, florecer y desplegar la primavera de unas melodías tiernas y agazapadas. Es Prokofiev, compositor fagocitado por la revolución rusa, a la que se tuvo que adaptar y escurrir según podía. La URSS se convirtió en un sistema muy estúpidamente controlador de hasta la más mínima expresión humana. No es que censurara letras o temas de óperas, por ejemplo, sino es que hasta se inmiscuía en la accesibilidad melódica de obras instrumentales. Las sinfonías tenían que ser entendidas por el pueblo, no podía haber corrientes elitistas que marginaran el gusto popular. Se reducía, también el arte, a la más ridícula y empobrecida manifestación. Igualados todos en la pobreza, también intelectual. Aunque, más bien, trataron de hacerlo, pues el genio florece más fuerte en las condiciones más adversas. De todo ello fue más paradigmática la vida y obra de su discípulo Shostakovich (quien a su vez fue el maestro de Rostropovich). Pero él debió sufrir bastante, pues a la vez que tenía que plegarse y contentar las indicaciones del poder, tuvo que soportar el injusto y arbitrario destierro de su esposa a los famosos campos de concentración del Gulag, verdaderas naciones de tormento y tortura, donde se condenó a millones de personas a arrastrar por el fango y los trabajos forzados su dignidad, su salud y, muchas veces, su vida.

Va bien, pues, esta obra de amor y muerte, de pasión y desesperanza, en la escena que arranca la espita de la tragedia, con el encuentro de los familiares de Romeo y Julieta, con la muerte de un primo de ésta en una absurda reyerta de encono. No haré como ellos, que yo bebería el veneno en los labios de mi amada y mi muerte sería la del placer de entregarme entre sus brazos. Morir en sus arrumacos sería mi vida eterna.




14 de mayo
Llega el turno de uno de los compositores más imaginativos y melódicos que jamás hayan existido. Es ideal para comenzar a enamorarse de la música, por su aparente sencillez y accesibilidad. Es, además, el de, quizá, más gusto internacional de los rusos de su época. Hablo de Tchaikovski.

Te pongo una suite de números exquisitos de una de sus más famosas obras, el ballet El cascanueces, que se cierra con un vals precioso, de las flores. A soñar.


13 de mayo
Mussorsgky, músico atípico, autodidacta, excéntrico y caótico, creó una suite de pequeños poemas sinfónicos, pero esta vez escrito para piano. Inconstante, a veces sus amigos y compañeros tuvieron que acabar u orquestar parcialmente algunas de sus obras. Sin ser exactamente el caso, esta suite fue adaptada para orquesta por Maurice Ravel, y es una versión tanto o más famosa que la original. El tema te atraería, pues se trata de una visita a una exposición imaginaria, ya que  no se han podido localizar ninguno de los cuadros a que hace referencia en sus piezas. Es el celebérrimo Cuadros de una exposición. Es una obra de 45’, y merecería la pena que lo escucharas completo. Pero ahora solo te presento un par de números, eso sí, en ambas versiones. El primero es una de las variaciones de Promenade, que alude al salón donde se exponen los cuadros, y el siguiente es un episodio que hace referencia a uno de los cuadros, El viejo castillo.

Disfruta de esta breve exposición.






12 de mayo
Que la música que te mando te sepa a poco es buena señal, pues quiere decir que tu oído está preparado para resistir embates más contundentes y duraderos. Aunque hay obras que no son, ni más ni menos, que lo que son. De todos modos te voy a seguir enviando extractos siempre que las obras lo permitan y que cumplan el objetivo de agradarte. Más adelante podrás, o te enviaré, las músicas completas.
El reto de hoy pertenece al mundo de la fantasía, que no siempre es pueril. A veces es picantona. No obstante, yo no he leído el libro, que es un compendio de cuentos que Scherehezade contaba al sultán persa para entretener su sañudo afán en contra de las mujeres por ser una vez engañado. Ahora le tocaba a la hermana de Scheherezade, y ésta urdió la estratagema de contarle una historia todas las noches, con lo que no sólo evitó la ejecución de su hermana, sino que ella mismo pasó de ser concubina a esposa del sultán.
Rimsky-Korsakov compuso una bella sinfonía atípica, pues sus cuatro movimientos eran sendos pequeños cuentos para el beneplácito del sultán. Son por tanto, cada uno de ellos, un poema sinfónico, aunque luego el compositor negó existir un deseo programático o descriptivo en sus piezas.
Te mando la segunda, por su comienzo cautivador. Hace referencia a “La leyenda del príncipe Kalendar”, y, por lo que he averiguado, comprendo que Rimsky-Korsakov renegara de las historias que le sirvieron de inspiración , porque, en este caso, es más bello imaginar un cuento, dada la singular belleza de la música, que intentar adaptarlo al real: típico príncipe soberbio, con padre déspota, que cambia de actitud al salir de los márgenes del palacio, y conocer, así, su laborioso, honrado y humilde pueblo.

Música de marcado orientalismo, por lo sugerente que resultaba el pintorequismo de esas historias y esos países lejanos, orientalismo del que participamos en el siglo XIX en España, a la que en el resto de Europa  concebían esplendente de exotismo. Pero eso será cuando nuestro viaje nos haga regresar a nuestra tierra.


11 de mayo
Hoy me voy por el norte a la cercana y extensa Rusia, a uno de sus mejores compositores, y quizá estos días vague musicalmente por ella.
La obra que te traigo pertenece al formato de poema sinfónico. En realidad, casi todo lo que te he enviado estos días pertenece a este estilo musical. Son obras generalmente cortas, descriptivas, que generalmente idealizan musicalmente una historia o también un paisaje, y que es el embrión de lo que se ha llamado música programática, es decir, que encierra como un guión. A veces no es más que la sugestión de un libro o una obra, pero otras veces quiere realmente que cerremos los ojos y a través de la música imaginemos lo que nos quieren contar.
En esta obra, y para no cansarte mucho, percibe como al principio, otra vez, el compositor nos muestra el amanecer en las desoladas y anchurosas estepas del Asia central, y como a lo lejos empieza a percibirse una caravana que va avanzando al ritmo cansino de los camellos. Lo demás lo dejo a tu imaginación.
Estos días te llevaré por las mil y una noches, por una exposición imaginaria, por una primavera henchida, tal vez por un romance apasionado veronés y por algún cuento infantil.
Sueña, sueña profúndamente, sueña incesántemente, en un maravilloso mundo fantástico, pero sobre todo, sueña, sueña...




10 de mayo




Te mando esta luna acompañada de esta música. En principio no hay relación, aunque es tan ensoñadora la pieza que bien podría valer para cualquier turbación romántica. Te la mando, en realidad, porque desde pequeñito asocio esta música a la luna, pues durante tiempo sirvió de sintonía de entrada de un programa infantil de televisión muy peculiar, muy onírico o muy órfico, al menos en mi recuerdo. Es por tanto mucho más de mí de lo que aparenta todo lo que te mando


Pero esta no es la música que te tenía reservada para mis nocturnos diarios, Vamos a seguir el viaje nórdico, esta vez de la mano de un compositor noruego muy influyente, a través de un extracto o suite orquestal de su ballet Peer Gynt. Los ballets eran unas portentosas obras sinfónicas al modo de óperas mudas, de tamaño considerable y riqueza orquestal manifiesta, pero dedicadas completamente al lucimiento de los bailarines. De todos modos, para divulgarlas se solían extraer varios números famosos para el público, destacados por  el deleite o aceptación que tenían ante el público, y se agrupaban en pequeñas suites fáciles de interpretar, De este ballet se hicieron dos, y yo te traigo la más famosa por el lirismo de su amanecer y por la contundencia de su vertiginosa montaña real. Disfrútalo. Edvard Grieg.



9 de mayo
Va una de Jean Sibelius. Cambiamos de latitud aunque no de recogimiento. Música intimista y preciosa. Y un instrumento peculiar, el corno inglés, que es como el oboe pero con sonido más grave y esa arquitectura de la boquilla más alargada y curva. Te lo completo con una entrada mía de hace unos años
https://alacenayalma.blogspot.com/2015/07/el-cisne-de-finlandia.html

Sibelius, por lo que puedes ver, tiene estatus de héroe en su país, Finlandia. Es el gran creador del nacionalismo musical en su tierra, no tanto, como veremos en otros países y otros compositores, por su uso de música tradicional autóctona, sino por recuperar leyendas nacionales y musicarlas. Es lo que hace con esta obra titulada El cisne de Tuonela.


8 de Mayo
No me había percatado de lo bruñida, colmada y aledaña que estaba la luna esta noche. Es como un fanal de nostálgica luminiscencia. ¡Qué mejor momento para presentarte esta delicada y sensual obra de Debussy! Toda ella merece la pena ser escuchada de principio a fin, que es la mejor manera de extasiarse en su momento más trascendental, cual es el Claro de luna. El nombre de la obra completa es Suite bergamasque, cuya traducción es harto difícil. Procede de un poema de Paul Verlaine titulado también Claire de lune, y bergamasque parece ser un neologismo derivado de máscara y bergamasco, o sea, procedente de Bérgamo, y parece aludir al famoso teatro de títeres de dicha comarca. Por eso, sin tener el libro y una traducción de calidad, me he permitido intentar traducir la primera estrofa incluyendo ese sentido, tal como lo veo yo.


Vuestra alma es un paisaje escogido
por encantadores enmascarados y títeres bergamascos
que van tañendo el laúd, danzando y apenas
tristes bajo sus asombrosos disfraces.
Cantando en modo menor
al amor vencedor y a la vida puntual,
no parecen creer en su felicidad
y su canción se une al claro de luna,
al plácido claro de luna, triste y bello,
que hace soñar a los pájaros entre los árboles
y sollozar de éxtasis a los surtidores,
a los espigados y esbeltos surtidores entre los mármoles.



Yo me he permitido recordar aquí algo que escribí algún año atrás dedicado a esta luna en perigeo, para lo que te doy el enlace:

https://alacenayalma.blogspot.com/2016/11/perigeo.html

Puesto que es tan fantástica su visión, no me queda más remedio que ponerte el otro Claro de luna famoso, más añejo, pero igual de romántico y encantador, el de Ludwig van Beethoven.




7 de mayo
Toca el turno a César Franck, compositor belga de nacimiento, pero el gran catalizador de la música francesa del siglo XIX, gracias a su extensa labor pedagógica en el Conservatorio de Paris, en el que tuvo de discípulos a compositores como D’Indy y Chausson, y alumnos como Debussy. Te traigo un poema sinfónico dividido en varias estancias.
Es una historia entrañable, mitológica inventada, que trata del amor entre Eros, o Cupido, y la bella Psyqué. Es curioso que hasta el dios del amor sucumba ante sus propias flechas. La historia es una pequeña novela inserta en otra novela, El asno de oro, de Apuleyo. A mí me sorprendió ésta, porque yo la busqué por la obra musical, que la oí por primera vez hará unos 30 años, y resulta que tanto Cervantes, tanto don Quijote, tanto picaresca, y al final es precisamente ésta una novela de trama picaresca, en cuyo interior se inserta otra novelita, como después haría Cervantes en el Don Quijote. Tan sólo que su autor, Apuleyo, era romano, y la escribió en el siglo I.
Decirte, por último, que Eros y Psyqué tuvieron una hija, llamada Voluptas o también Hedoné (latín o griego), de donde vienen los adjetivos voluptuoso o hedonista.

Es un fragmento, la parte central de la obra, supuestamente la que describe el idilio entre ambos.


6 de mayo
Camille Saint-Säens, como casi todos los músicos franceses decimonónicos, se dejó embriagar por los rítmos y sonoridades embriagadoras de nuestro país. La Habanera es una especie de poema sinfónico con acentos cubanos, origen del violinista dedicatario, Rafael Díaz Albertini. Y no entro en contradicción al identificar español y cubano, pues por aquella época, antes de 1898, Cuba y Puerto Rico no eran consideradas colonias españolas sino provincias.



5 de mayo
La pavana fue una danza de origen renacentista, probablemente italiano, aunque algunos quieren encontrarle origen español, elegante y pausada, que como ya refería Luís de Milán," hase de tañer ni muy a espacio ni muy apriessa, sino con un compás bien mesurado".
La de Gabriel Fauré es anterior a la de Ravel, el cual se inspiraría en ella cuando fue alumno de Fauré. Y participa de esa misma delicadeza y elegancia. Hizo dos versiones, una de ellas con coro. La que yo te traigo es solo para orquesta. Disfruta de esta Pavana en fa sostenido menor Opus 50.


4 de mayo
Otra de las grandes obras del impresionismo francés, el mismo al que se encuadra nuestra pieza anterior a la de Berlioz. En esta ocasión, de Maurice Ravel. Obra de una sutil belleza, ternura y sensibilidad. Acerca del título hay diferentes opiniones, ya que el mismo Ravel no aclaraba si la había compuesto pensando en una imagen o si fue una simple ocurrencia. Para lo que sí sirvió su título, Pavana para una infanta difunta, fue para una anécdota del compositor. A él le gustaba interpretarla extremadamente lenta. Pero en una ocasión que la escuchó tocada por otro intérprete, ante su insoportable lentitud, le aclaró, tras el concierto, que la difunta era la infanta, no la pavana. Muestra, pues, de la quisquillosidad del autor




3 de mayo
De Hector Berlioz. Compositor francés del XIX, admirador y seguidor de Liszt. Cantado por mi idolatrada voz de Howard Crook.
Te facilito mi propia traducción de la letra, hecha con el apoyo del frío traductor de Google y su traducción al inglés en el libreto del CD que tengo, que es de la misma versión que te muestro..
Fue Berlioz el paradigma del romanticismo desbordante, visceral y trágico. Ya en sus inicios, con su Sinfonía Fantástica, que no es más que una declaración de amor apasionada a la que fue, con el tiempo, su esposa, muestra estos impulsos desbordantes de su música, mezcla de brío y lirismo. Y de ese lirismo se impregna este lied suyo.


Dès que la grive est éveillée,
Sur cette lande encor mouillée
Je viens m’asseoir
Jusques au soir;
Grand’mère de qui je me cache,
Dit: Loïc aime trop sa vache.
Oh! Nenni da!
Mais j’aime la petite Anna.

A son tour Anna, ma compagne,
Conduit derrière la montagne,
Près des sureaux,
Ses noirs chevreaux;
Si la montagne où je m’égare,
Ainsi qu’un grand mur, nous sépare,
Sa douce voix
Sa voix m’appelle au fond du bois.

Oh! Sur un air plaintif et tendre,
Qu’il est doux au loin de s’entendre,
Sans même avoir
L’heure de se voir!
De la montagne à la vallée
La voix par la voix appelée
Semble un soupir
Mêlé d’ennuis et de plaisir.

Ah! retenez bien votre haleine,
Brise étourdie, et dans la plaine,
Parmi les blés
Courez, volez!
Dieu! la méchante a sur son aile
Emporté la voix douce et frêle,
La douce voix
Qui m’appelait au fond du bois. 

Tan pronto como el tordo despierta,
en el páramo todavía húmedo
vengo a sentarme hasta la tarde.
Mi abuela, de cuya mirada me escondo,
dijo: Loïc ama demasiado a su vaca.
Oh! No es así! Mi amor es a la pequeña Anna.

A su vez, Anna, mi compañera, condujo detrás de la montaña,
cerca de los ancianos árboles, sus rebaños de negras cabras;
la montaña donde vago nos separa como una alta tapia,
pero su dulce voz, su voz, me llama desde lo profundo del bosque.

Oh! Con un aire quejumbroso y tierno,
qué dulce es escucharse a lo lejos
sin siquiera tener la fortuna de verse el uno al otro!
Desde la montaña al valle, la voz por la voz clamada
parece un suspiro sazonado con tristeza y placer.

Ah! aguanta la respiración,brisa aturdida,
y en la llanura, entre el trigo ¡Corre, vuela!
Más Dios! el malvado viento se ha llevado entre sus alas
la dulce y gentil voz,
esa tierna voz que me clamaba desde lo profundo del bosque.

2 de mayo
Nos quedamos en Francia, pero saltamos varios siglos, hasta finales del  XIX, para visitar uno de los grandes creadores universales, Claude Debussy, con una página celebérrima inspirada en un poema de Mallarmé, La siesta de un fauno. Y, para ello, retrocede aún más, hasta la misma Grecia, pues Debussy consiguió un estilo peculiar al emplear escalas desusadas, las modales, que eran las que supuéstamente se usaban en la antigüedad, muy distantes y distintas a las más reconocidas por más usadas en nuestra música occidental actual, las escalas mayor y menor. Daría para una entrada entera explicar las diferencias entre unas y otras, pero mientras las actuales se basan en octavas, las modales en agrupación de dos tetracordos. En definitiva, lo que se consigue es acabar con la tensión en la dominante, lo que de da a esta música una extraña y monótona dulzura, muy onírica, irreal, y que constituye la base de los mayores logros del compositor.


«Que yo cortaba juncos vencidos en la lid
 por el talento; al oro glauco de las lejanas
 verduras consagrando su viña a las fontanas:
Ondea una blancura animal en la siesta:
y que al preludio lento de que nace la fiesta,
vuelo de cisnes, ¡no! de náyades, se esquive
o se sumerja ...»
Extracto del poema traducido por Otto de Greiff

1 de mayo
Comenzamos en Francia. Podría haber sido en otra parte. Pero estando tan imbricado su nombre al romanticismo y al esplendor, qué mejor manera que empezar ahí con un opúsculo encantador de un artesano de la música, como fue François Couperin. Artesano porque pertenecía a una familia extensa dedicada enteramente al oficio de la música, en una época, el barroco, en que aún no estaba completamente reivindicada la figura del creador musical. Esta servía a unos fines muy concretos y luego caía en el olvido. Pero algo ya tenía este compositor, que nos adelanta a la época a la cual luego saltaremos, y era el tratamiento de pequeñas piezas al teclado como pequeños versos musicales, con sobrenombres sugestivos y atrevidos, tal como creyó Satie ser novedad, en el siglo XIX, al hacerlo él mismo.
Es una obrita encantadora, melódica, sutil, sobre todo al tratarse de un clave el instrumento utilizado, incapaz de dar matices en la intensidad sonora. El título, Las barricadas misteriosas, un enigma en sí mismo.



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