Las puertas del delirio: La Solidaridad




 LA SOLIDARIDAD

Lo segundo, quizá, la indefensión. A mí siempre me ha podido esto: siempre he ido, a priori, con el que lleva las de perder, sobre todo si el fuerte es soberbio y engreído. En las retransmisiones deportivas,  voy con el débil. Y yo creo que algo parecido nos pasa a todos. Contemplar cómo se va organizando un ejército pletórico, exultante de carros de combate y de aviones, jactados de su altiva pujanza sobre el rival, y, de la noche a la mañana, sin motivo, comienza a hostigarte, a destruirte, a masacrarte, sin justificación, pues volvemos a lo dicho, a la empatía..., y a la solidaridad. Es una cuestión de no pararle los pies a este nuevo sátrapa para que cualquier día haga esto mismo en nuestra casa. Ha habido personas, y sectores políticos de nuestro país, que sí creen ver motivos. Aducen, primeramente, que sí hay una agresión por parte de la OTAN, al querer expandir sus fronteras hasta la misma sombra de sus fronteras. Aunque, para ello, lo primero que hay que hacer es demonizar a la OTAN, acusándola de ser el instrumento del neoimperialismo neoliberal burgués. Sandeces. No es más que la herramienta que nos da seguridad, que nos permite vivir tal como lo hacemos, con esta sociedad papanatas y crédula, que debe pensar que Europa es rica porque sí, porque es un maná del que surge la abundancia y que es injusto no dejar que todos los pueblos de la tierra se acerquen a él para nutrirse de su opulencia, y que nada debería impedir disolvernos en una mal entendida caridad. Se podría discutir qué nos ha hecho llegar a este nivel de riqueza en Europa, pero hay que saber que uno de los factores ha sido construir, tras siglos de conflictos, una sociedad eminentemente laica, con una burguesía asentada y abundante, que ha permitido el afloramiento de unas reglas de juego que permiten, con sus defectos, que el chiringuito no se venga abajo. La justicia con el resto del mundo, más pobre, y del que en muchas ocasiones se ha aprovechado Europa, no es permitir que todo el mundo venga aquí para demacrarnos extrayendo nuestra última gota de savia, sino ir progresivamente exportando el sistema hacia otros rincones. Eso es lo que intentaba con Ucrania no sólo Europa, sino también ella misma, y es lo que no se puede conseguir en otros países, y es lo que también cambia nuestra actitud en los diferentes conflictos. Ucrania tiene una sociedad estructurada en la que puede brotar la democracia. Al mundo árabe, por ejemplo, todavía le debe faltar seis siglos más de conflictos internos sociales y religiosos para que por fin permee en él la democracia. De ahí los continuos conflictos en Libia, Líbano, Irak, Afganistán, con sus atavismos tribales, que impiden que progresen una vez que los desunces del yugo de la tiranía.

La OTAN es, pues, un sistema que nos permite cierta seguridad para resguardar esta semilla tan valiosa que es la libertad, la justicia y la democracia. Pero aun así, el otro argumento es el de la intromisión en lo que era, en cualquier caso, un enfrentamiento doméstico, pues se trata de dos pueblos hermanos, que han tenido, si no una historia común, sí muy confluyente. Y pudiera ser. De hecho, yo creo que la gran esperanza de Europa hubiera podido ser el atraer hacia nosotros a la misma Rusia, pues es una cultura afín a la nuestra, y en la que podría prender la semilla de la democracia. El problema es que no ha sido así. Vuelven a padecer un sistema político que a Putin gusta de llamar democrático, pero que no lo es en absoluto, y no hay más que ver las medidas que ha tomado en el conflicto al que ni siquiera llama guerra: represión, manipulación, censura…. Y podrían seguir estos mismos políticos españoles alegando que la manipulación es nuestra. Pero es el mismo Putin, con sus contradicciones, quien definitivamente inclina la balanza de la verdad en su contra. Al principio eran unas maniobras y no iba a pasar nada; inmediatamente después, se transformaba en una invasión. Un crucero se ha hundido sólo, sin el humillante torpedeo del ínfimo enemigo; al día siguiente, bombardeo masivo de escarmiento. Vamos a desnazificar ucrania, y el presidente resulta ser judío. Este insignificante pais es incapaz de aracar mi glorioso ejército, y resulta que evacuo a miles de niños del Dombás insurgente para protegerlos, y crear la opinión en su país de sufrir una agresión por parte de Ucrania, y de ahí la invasión ¿Con qué ejercito iba a invadir Ucrania a Rusia? Si iban a desnazificar ellos, ¿por qué ahora dicen que la OTAN los iba a invadir? La demencia y el populismo en estado puro. Pero, bien, dejémoslo en un asunto entre pueblos hermanos: ¿a un hermano se masacra de semejante manera?¿se le amenaza con el uso de armas nucleares?

En fin, está claro. Aquí hay un país que quiere salir del pozo de la tiranía y otro que se encuentra atrapado y cegado en él.




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