Las puertas del delirio: El Delirio
EL DELIRIO
Putin ha ido todavía un paso más allá en la sublimación del despotismo. A la conciliación nacionalista e imperial tanto del zarismo como del comunismo soviético, ha añadido un componente completamente digno (o, más bien, indigno) de Al Capone. Ha logrado asimilar a todo este entramado un auténtico espíritu mafioso, no sólo aniquilando, exterminando literalmente, a la oposición y a los medios críticos con su política, sino manteniendo una inestable estructura de familias cohesionadas por el terror. Permitió a todos los nuevos jerarcas económicos surgidos como cucarachas de la descomposición soviética a mantener sus privilegios y su corrupción, a condición de la asunción de su vasallaje al gran capo.
Es curioso cómo ya en el comienzo del conflicto, hizo ridiculizar y amedrentar a sus propios acólitos, como sucedió con el episodio difundido por la misma Rusia con el Jefe de Inteligencia Exterior durante el Consejo de Seguridad Nacional, a quien trató como a un niño de mis tiempos de escuela, en que el profesor, a la vez que te tomaba la lección, te reprendía desairadamente con sus correcciones. O imposiciones bochornosas, públicas y vergonzantes a oligarcas, como Oleg Deripaska, uno de los principales magnates metalúrgicos allá por 2009, a quien humilló haciéndole levantar hasta su sitio para que firmara un acuerdo impuesto, y al que sólo le faltó mandarle al despacho del jefe de estudios a por tizas o darle un tirón de orejas.
Referí este sistema de terror, tan consistente e irreductible, como inestable, lo cual puede ser una contradicción. Pero si uno piensa en la fragilidad del poder, sustentado en la quebradiza naturaleza de un cuerpo mortal, uno entiende que una persona que no es capaz de arrancar un gesto de simpatía de ninguna persona de su entorno, incluidos los mandamases de las fuerzas armadas, sería incapaz de mantenerse en el poder si no consigue que todo se base en un entramado de desconfianza y cizaña, gestado por un psicópata con la suficiente inteligencia como para que cada elemento se disuada de llevar a cabo ninguna acción atentatoria contra su autoridad, por desconfiar en que los demás lo secundaran, y porque todos, a su vez, están tan alentados en sus ambiciones, que esperan la caída de otros para auparse en la pirámide de la oligarquía y afianzar su riqueza.
Comentarios
Publicar un comentario