Navidad barroca: San Basilio Magno

 

La regla de San Basilio - Herrera

Hoy, según el santoral católico u occidental, se festeja la onomástica de San Basilio Magno, santo y doctor de la iglesia católica, luterana y ortodoxa. Vivió en el siglo IV, en los tiempos inmediatos a la adopción por parte del imperio romano de la religión cristiana como oficial. Antes, el emperador Constantino I, en el 313, mediante el conocido como Edicto de Milán, detuvo la persecución de los cristianos y otorgó la libertad de culto en el imperio, adoptando él mismo dicha fe, aunque no fue bautizado hasta encontrarse en el lecho de muerte. Basilio nació en el 330, justo después del primer concilio ecuménico en Nicea, donde se adoptaron los dogmas fundamentales del cristianismo actual, aun en sus distintos credos, esencialmente respecto a la consubstancialidad de las tres personas divinas. Y su vida clerical, que le llevó a ocupar el exarcado y obispado de Cesárea en 370, seguro que influyó notablemente en la asunción, en 380, por parte del emperador oriental Teodosio , del cristianismo como religión oficial y única en todo el Imperio, momento en que los cristianos pasaron de ser perseguidos a perseguidores.

Debido al cisma que sufrió la iglesia en 1054, por el desacuerdo que había entre los patriarcas orientales con el protagonismo y poder cada día más sobresaliente del papado romano, las figuras más ligadas a la iglesia de oriente vieron decrecer su prestigio, por lo que, aunque dogmáticamente no hay gran diferencia entre las iglesias católica y ortodoxa, la figura de Basilio disfruta de mayor protagonismo en esta segunda, considerándolo la iglesia ortodoxa griega como uno de sus padres fundadores, junto a San Atanasio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo.

La diferencia entre ambas iglesias es más bien jerárquica, no poseyendo la ortodoxa una figura de autoridad predominante sobre cada una de las iglesias que la conforman, aunque todas reconocen, por su origen, al patriarca de Constantinopla la cabeza visible de toda ella. Pero también hay diferencia en los cánones, en los ritos litúrgicos y en el calendario de festividades, por lo que la iglesia católica celebra su día hoy día 2 de Enero, mientras que la ortodoxa el día 1.

En Grecia, popularmente, San Basilio adopta el mismo papel que San Nicolás en los países nórdicos, por lo que los griegos aprovechan su onomástica para traer los regalos navideños a sus niños, a semejanza de nuestros Reyes Magos, en la noche que va del 31 de Diciembre al 1 de Enero. Es por eso que te escribo esta entrada.

No tengo ninguna obra ortodoxa griega, pero sí rusa, por lo que la pieza de esta entrada será de este estilo.

El credo ortodoxo es peculiar, porque si bien prestan la debida devoción a las sagradas escrituras, piensan que el poder celestial también dimana a través de los iconos, de la fragancia incensante y de la resonancia musical, por lo que esta cobra una especial importancia en sus ritos. El aliento declamatorio es equiparado a la misma alma, por lo que solamente a la voz humana se le permite musicar entre los muros sagrados, a excepción de las campanas, por lo que la música ortodoxa rusa siempre es a capella, esto es, sin acompañamiento instrumental. Pero no es óbice para que sea permeada por los estilos musicales modernos que van llegando desde occidente, como el estilo concertado durante el barroco.

Uno de los primeros compositores en asumir este estilo moderno fue Casily Titov, de quien te pongo esta breve pieza usada, entre otras ocasiones, en la ortodoxa Divina Liturgia de San Basilio Magno:

Gloria al Padre y al Hijo,

y al Espíritu Santo, ahora y siempre,

por todos los tiempos. Amén.

Hijo unigénito y Palabra de Dios,

que eres inmortal,

y quisiste para nuestra salvación

ser encarnado de la Santa Theotokos *

y siempre Virgen María, [* Madre de Dios]

Que sin cambio te hiciste hombre,

y fuiste crucificado, oh Cristo Dios,

aplastando muerte con muerte,

que eres uno de la Santísima Trinidad,

glorificado con el Padre y el Espíritu Santo,

sálvanos.

 




Con el advenimiento al poder en Rusia del zar Pedro I El Grande, no sólo se trasladó la capital hacia occidente, desde Moscú a la recién creada Petersburgo, en busca de una salida al mar por esa zona, sino que se pretendió modernizar la vida y costumbres rusas, comenzando por el arte: arquitectura, pintura y música. Esto último se favoreció mediante la invitación a la corte zarista de músicos occidentales, sobre todo italianos, destacando las figuras de Baldassare Galuppi y Giuseppe Sarti, que ayudaron a occidentalizar aun más el estilo barroco de la música ortodoxa.

En la carne te dormiste

como un hombre mortal, oh Rey y Señor!

Al tercer día te levantaste,

levantando a Adán de la corrupción

y destruyendo la muerte.

Pascua de la incorrupción,

la salvación del mundo!


No pertenece propiamente a la navidad, pero se reitera la figura de la encarnación divina, por lo que te la traigo como ejemplo de esta mixtura oriente-occidente.




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