Iniciático viaje musical: Navidad y barroco. Despedida

 

Huida a Egipto - Murillo

Hemos llegado al final de esta narración. No sabemos bien la cronología, si es antes la adoración de los reyes o la purificación de María y la presentación del niño en el Templo, pero el caso es que la Sagrada Familia, advertida nuevamente por un ángel, emprenden la huida a Egipto para evitar la matanza de Herodes.

Con esto concluyo este viaje musical navideño que te he ofrecido, Solo espero haberte agradado y haber contribuido a tu mayor apreciación de la música sacra. Al tiempo hemos aprendido ambos algo más de los ritos para los que fue creada, pues yo también me he instruido. Pienso que, al igual que con la escritura, la mejor manera de aprender no es leyendo sino escribiendo.

Ahora te dejo, a modo de epílogo, un recordatorio de tres momentos mágicos escogidos entre toda la música que te he traído estos días.

En primer lugar, extraída de su Cantata de adviento ‘Saget der Tochter Zion: Siehe dein Heil', te traigo su última aria para contralto titulada, en español, “Ven, ven, mi corazón está abierto para ti.” De Georg Philipp Telemann, el compositor más famoso en aquel barroco álgido de la primera mitad del siglo XVIII, más que Vivaldi, Haendel o incluso Bach, y que, según nos refiere en su autobiografía aportada como capítulo en la obra del compositor y musicólogo Johann Mathesson, titulada Grundlage einer Ehren-Pforte (1740), jamás había dejado pasar un día de su vida sin haber compuesto al menos un renglón de pentagrama. 



Navidad barroca: Primer Domingo de Adviento


Marc-Antoine Charpentier fue el mayor compositor de música sacra en el barroco francés, parcela en la que no pudo ser ensombrecido o apagado por la pesada omnipresencia del mayor dictador musical de todos los tiempos, Lully. Te traigo su famosa Nuit de su Oratorio In Nativitatem Domini Canticum H 416, una escueta pieza instrumental que representa deliciosamente el misterio y la quietud del alumbramiento de Jesús.


Navidad barroca: Nochebuena II


De Johann Sebastian Bach, nuestro gran protagonista, y de su segunda cantata del Oratorio de Navidad, te traigo su preciosa aria que no es más que una dulce e interminable nana al Niño Dios.



NAVIDAD


Y ya, finalmente, igual que un bis de un concierto, te dejo esta pieza que seguro echaste de menos en Nochebuena, cuando te traje El Mesías, de Georg Friedrich Haendel, pero es que pertenece en realidad a su segunda parte. Que su exultante alegría nos sirva de despedida...momentánea.



Sin más, te digo un hasta ahora, en que vuelva a invitarte a otro paseo musical.

Si te has fijado, en cada entrada te he dejado unos enlaces, que se distinguen por estar en color azul y subrayado, que te permitirán mover entre las entradas, por si tienes curiosidad por releerlo, facilitándote el salto de una entrada a otra. Te dejo aquí el enlace del inicio

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