Navidad barroca: Nochebuena II

Madonna y Niño Jesús - Sassoferrato

 

Hoy llega, por fin, el gran día en que la profecía mesiánica se va a cumplir, en la humildad y sencillez de una anónima cuadra de Belén, con los testigos apócrifos del buey y la mula. A medianoche Jesús nacerá. Vamos a pasar de un periodo de recogimiento y expectación a otro de regocijo. Para esta jornada de transición entre la incredulidad y el gozo, te traigo un pequeño oratorio de Charpentier, In Nativitatem Domini Canticum H 416 .

El oratorio era una representación casi teatral de un motivo religioso, el cual tuvo su mejor cabida en la época de la Cuaresma, en la que cualquier espectáculo lúdico estaba mal visto. Fue una buena opción para mantener todos los deleites musicales de la ópera, a excepción de la maquinaria y la espectacularidad de las representaciones, en un periodo que se antojaría tremendamente aburrido por las exageradas y hoy día incompresibles restricciones morales. Como buen sucedáneo de la ópera, el oratorio mantenía el atributo de la narración y la teatralidad de la misma. Esto no sucede en este pequeño oratorio, que se puede dividir en dos partes. Una previa más solemne y contemplativa, en la que se espera y reclama la venida del Salvador, y otra que estalla en alegría, con la difusión de la noticia a los pastores por parte de los ángeles. En medio, justamente, un pequeño movimiento recogido e íntimo, que bien podría representar el parto del Niño Dios. Si María concibió virgen, y fue virgen tras el parto, bien se comprende que este tuvo que ser sin dolor y misterioso, según nos apunta la música taciturna y meditativa.

Es una obra ajena a la liturgia católica, credo al que hay que adscribirla, por eso está cantada en latín. La música de Charpentier no es tan francesa como la que comenté de su ópera Medea, pues aquí no había necesidad de respetar los cánones impuestos por Lully para los dramas líricos. Fue, como casi todos los músicos de la época, víctima de este grandioso dictador musical, lo que probablemente le impidió incluso el acceso a maestro de capilla de la corte del Delfín, para el que posiblemente trabajó durante un tiempo, componiendo unos cuantos divertimentos musicales. Eso provocó que tuviera que buscar salidas a su genio y que su producción se viera supeditada al nulo acceso al teatro que padeció, monopolizado por Lully. De ahí que vertiera su creación hacia la composición religiosa, que estuvo condicionada tanto por el fervor religioso de una de sus primeras patronas, Marie de Lorraine, Duquesa de Guise, como por el puesto que finalmente alcanzó de maestro de capilla de la Sainte-Chapelle. La principal ventaja es que pudo desarrollar un lenguaje libre mezcla de su tradición francesa y del aprendizaje que amasó por parte de Carissimi en su estancia juvenil en Roma.


Como pasa a veces,  desaparecen los videos.  Para ver el video del año piadoso pulsa en este enlace Les Arts Florissants, que te lleva a una playlist de youtube



La obra dura hasta el minuto 27’41” de la grabación. A continuación Les Arts Florisants interpretan otra misa propia del día de Navidad, la Misa de Medianoche.


Como los vídeos suelen fallar, te pongo otra versión de la Misa de Medianoche a cargo de Les Musiciens de Louvre y su sublime director Mark Minkovski



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