Adviento

Anunciación - El Greco

 Johann Kuhnau fue más un hombre del renacimiento que del barroco. Era traductor, abogado, teorizante musical, e incluso novelista. Pero por lo que más se le conoce hoy día es por haber sido el predecesor de Bach en el puesto de kantor en la parroquia de Santo Tomás, o sea, su director musical, organista y proveedor de composiciones musicales para los oficios religiosos.

Aparte de unas obras curiosas e interesantes para clave, y algunas cantatas, lo que nos ha quedado de él es la impresión de un músico desgraciado, con la perspectiva de nuestros días. El grueso de su obra, incluidas algunas óperas, se han perdido. Le costó un enorme trabajo ser admitido como organista en Leipzig, y solo 17 años después consiguió el puesto de cantor. Sufrió, como Bach veinte años más tarde, continuas vejaciones por parte de sus patronos municipales. Y además tuvo que soportar a un joven y algo engreído Telemann, que creó su propio Collegium Musicum, a pesar del monopolio musical en el municipo que debería haber comenzado a degustar al inicio de su cargo. Y además le sustraía todos los posibles alumnos destinados a engrosar su formación coral. El carácter se le fue amargando con el tiempo, llegando a denostar la, en su opinión, inapropiada creación musical religiosa de un tipo como Telemann, que inundaba las cantatas de acento italiano y de un regusto operístico, él, cuyas cantatas ya disfrutaron de esta misma influencia italianizante, y que además fue fundador de la ópera de Leipzig.

Su estilo era más sencillo, menos apasionado que el de Bach, pero fue como una antesala de este último, de modo que incluso hay una cantata de Bach, la BWV 142, con texto de Erdmann Neumeister, que se le atribuyó inapropiadamente, siendo su autor probable Kuhnau. Esta proximidad temporal y espacial también favoreció el uso compartido de determinados textos corales, como sucede en la cantata que te expongo, Wie schön leuchtet der Morgenstern.

¡Cuán hermosa brilla la estrella matutina,

llena de la gracia y la bondad del Señor,

la dulce raíz de Jessé!

Tú, hijo de David, del linaje de Jacob,

mi rey y prometido,

has poseído mi corazón

suavemente,

amablemente,

hermoso y maravilloso, grande y sencillo,

pleno de dones,

excelso y sublime.

¿Cuál era el uso inicial de esta himno? Difícil saberlo. Fue creado por el pastor Philipp Nicolai tras un episodio de pestilencia en la ciudad en la que servía. Por la mención de una estrella algunos músicos la han usado para el día de Epifanía. Bach, en su cantata BWV 1, utilizó este himno y el que cierra la obra para la liturgia del día de la Anunciación. En muchas ocasiones son himnos laudatorios muy genéricos, y los músicos acceden libremente a los himnarios para coger los textos que encuentran más adecuados para el mensaje del día que se celebra. Yo utilizo esta cantata primigenia para festejar este inminente fin del Adviento.



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