Navidad barroca: Behold, I bring you glad tidings

Adoración de los pastores - El Greco

La música inglesa sufrió un duro revés durante el régimen puritano de Cromwell, no sólo porque la actitud vivencial de esta secta calvinista, de extrema rigidez moral y austera religiosidad, rechazaba cualquier mínima manifestación de fastuosidad en la vida, incluyendo la música, sino también porque la revolución que orquestó contra la monarquía por asuntos más mundanos acabó con el principal patrón de músicos y música, el rey.

Con la restauración de la monarquía, Carlos II, hijo del rey decapitado por Cromwell, volvió a recuperar para la corte sus antiguas prebendas musicales, tanto religiosas como profanas. Su ideal era emular la corte de su primo, Luis XIV, en Francia. Pero se enfrentaba a un doble problema. Por un lado, sus finanzas no estaban muy boyantes, lo cual hizo que su empresa de constituir una orquesta a semejanza de la llamada “24 Violines del Rey” de Francia nunca llegara a buen término, siendo rara la vez en que todos los músicos se juntaron para tocar. Ello también chocaba con su inconstancia y con cierta pusilanimidad, que hacía que fuera incapaz de escuchar de un tirón una ópera completa. Pero por otro lado, y quizá más importante, se encontró con el problema de que el lapsus puritano había hecho desaparecer prácticamente a todos los músicos previos, cortando el hilo musical y perdiendo la referencia de maestros previos que hubieran hecho evolucionar el estilo musical. Era, por tanto, empezar prácticamente de cero.

Por ello, el rey encomendó al Capitán Hooke, encomiable músico, la reapertura de la Chapel Royal y el cargo de maestro del coro infantil de la misma. Lo envió a Francia para que se formase en las nuevas tendencias, por lo que las influencias musicales desde las que arrancaba la música inglesa eran esencialmente francesas. Y desarrolló una notable labor con los niños cantores, ocupándose no sólo de su formación musical sino de cualquier aspecto de la vida de la que tuvieran necesidad. En este coro comenzaron futuros compositores como John Blow, Pelham Humphrey o Henry Purcell.

Purcell tuvo la suerte de nacer el mismo año de la conclusión del régimen puritano, y siendo hijo y sobrino de organistas, a la edad de 8 años entró a formar parte del coro infantil de la Chapel Royal. Además de esta educación, en su formación musical fue determinante el que, una vez se le quebró la voz y tuvo que abandonar el coro, encontrara trabajo como afinador y mantenedor de órganos en la Abadía de Westminster y como copista para otros compositores, que fueron alumnos mayores suyos, como fue el caso de Blow. Esto le permitió desarrollar una fecunda carrera como compositor y director tanto de la orquesta como de la capilla real.

Durante el mandato de Carlos II compuso la mayor parte de sus verse anthems, es decir, himnos religiosos, en este caso anglicanos. Compartía con los luteranos el uso de la lengua vernácula y de pasajes bíblicos del antiguo testamento o de textos creados de novo parafraseando los escritos bíblicos. Hoy día uno se imagina la interpretación de estas obras a semejanza de como eran interpretadas las de Haendel, tal vez también condicionados por los efectivos usados en sus composiciones festivas, que se desarrollaban al aire libre. Pero en época de Purcell, todo llegaba con retraso, incluso las innovaciones instrumentales. Las formaciones orquestales se habían basado hasta la época de la dictadura puritana en los consorts de violas, grupo de instrumentos que se tocaban al estilo da gamba, esto es, apoyados en las piernas, con un número de cuerdas superior a cinco, una sonoridad más amortiguada que el futuro violín y con un puente no muy curvado, que no permitía un cómodo tañido de una cuerda de una sóla vez. Se acomodaban perfectamente a la interpretación cortesana en estancias de relativo reducido tamaño. Estas violas llegaron en el siglo XV a Italia desde España, y aquí comenzaron, a partir de ellas, a hacer los instrumentos más reducidos, con menos cuerdas, 3 ó 4, mayor sonoridad, un puente combado, que permitía el tañido fácil de una sóla cuerda, y con otro estilo interpretativo, llamado de braccio, lo que supone el origen del violín y de su manera de tocarlo. Estos violines tenían distintos tamaños, semejantes a los de hoy día, y dependiendo de cual fuera, su sonoridad cambiaba, siendo los precursores del actual violín y viola. Junto a ellos, existía un violín muy pintoresco desde nuestra perspectiva. Era el llamado violín bajo, antecesor del actual violonchelo, del que se diferenciaba por ser algo más grande, por estar afinado un tono más bajo y por emplearse al estilo da braccio, como te muestro en el detalle del cuadro anejo al escrito.

Boda campestre - Brueghel

Estos eran los instrumentos de que disponía Purcell para sus himnos, no accediendo al violonchelo, pues su llegada a Inglaterra fue posterior. Sus obras religiosas, excepto un par de ellas más fastuosas, se interpretaban en la capilla del palacio de Whitehall, y los instrumentistas se acomodaban en una galeria junto al órgano, los solistas en otra galería, y el coro sobre unos estrados a nivel del suelo. Esto determinó una escritura un tanto polifónica en sus obras, lo que les daba un gusto un tanto arcaico y solemne. Y los instrumentos eran parcos, contando generalmente con 2 violines, una viola, 2 violines bajos, 2 tiorbas y el órgano.

De todos modos, resultaban obras muy elegantes y exigentes, pues el coro y los solistas eran de una extrema calidad, al ser prácticamente este conjunto la salida a la que podían aspirar en aquel momento todos los buenos músicos. Entre ellos, contaba Purcell con su amigo John Gostling, un excelso y afamado bajo en su época, lo que hacía que las obras tuvieran un acento muy prominente en el bajo, por la suma de los sonidos del cantante y el extraño violín bajo.

La obra que te traigo, basada en los versos del evangelio de Marcos concernientes al anuncio de los ángeles del nacimiento de Jesús a los pastores, es probablemente la única que se conserva compuesta por Purcell específicamente para la Navidad. Consta de tres solistas, masculinos, con, cómo no, un papel preponderante del bajo. Disfrútalo.

10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:

11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.

12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

14 !!Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

 



Behold, I bring you glad tidings of great joy which shall be to all people,

For unto you this day is born a Saviour which is Christ the Lord.

Glad tidings of great joy which shall be to all people.

Glory to Godo n high, and on earth, peace, good will towards men.

 

Para que compruebes la confrontación de la antigüedad con la modernidad relativa de los tiempos de Purcell, te pongo el mismo himno pero en versión de otro compositor inglés, Orlando Gibbons, que aun siendo 16 años más joven que Claudio Monteverdi, mal haríamos etiquetándolo de músico barroco, pues los usos en Inglaterra iban con un tanto de retardo allende en las islas británicas. En el video se recrea una más que plausible interpretación de época, con un consort reducido, y ceñido a la instrumentación existente o reinante en la época, la familia de violas da gamba. Ya ves que incluso la de menor tamaño se toca con ella apoyada en las piernas.



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